Gael Gaviota
@gaelgaviota
Caracas, Capital District, Venezuela
Hombre palmípedo, nació en los cañamelares profundos de la sabana llanera cuando oyó el cantar amarillo de un gallo clarividente. Así se despertó el grito de su consciencia, así se derramó su canto primero, en forma de llanto.
Creció bajo la sombra del apamate, el chaguaramo y el samán, gateó entre sus ramas como pereza y, en su camino de ascenso, encontró alas de cuervo, alas de noche y azabache que se blanquearon con el tiempo, por el sol y por la sal, de tanto sumergirlas en la espuma de los días.
Siguió los derroteros del ibis escarlata, del bicherío encendío que incendia el cielo. Siguió el camino del trapiche, el tremedal y la cañada. Tatuó en sus ojos la cadencia de la costa, el silbido carrasposo de la arena y el ritmo entreverado de los gamelotes. Se embriagó de mar, chicha y chirimoya y, cuando por fin se sació de tanta juerga y tanta tierra, desembuchó una voz ronca que sabe a ventarrón y caña clara.